El
desdoblamiento psicológico del hombre nos permite evidenciar el crudo realismo
de un nivel superior en cada uno de nosotros.
Cuando uno
ha podido verificar por sí mismo en forma directa el hecho concreto de dos
hombres en uno mismo, el inferior en el nivel normal común y corriente, e1
superior en una octava más elevada, entonces todo cambia y procuramos en este
caso actuar en la vida de acuerdo a los principios fundamentales que lleva en
lo hondo de su SER.
Así como
existe una vida externa, así también existe una vida interna.
El hombre
exterior no es todo, el desdoblamiento psicológico nos enseña la realidad del
hombre interior.
El hombre
exterior tiene su modo de ser, es una cosa con múltiples actitudes y reacciones
típicas en la vida, una marioneta movida por hilos invisibles.
El hombre
interior es el SER auténtico, se procesa en otras leyes muy diferentes, jamás
podría ser convertido en robot.
El hombre
exterior no da puntada sin dedal, siente que le han pagado mal, se compadece de
sí mismo, se auto-considera demasiado, si es soldado aspira a ser general, si
es trabajador de una fábrica protesta cuando no le ascienden, quiere que sus
méritos sean debidamente reconocidos, etc.
Nadie podría
llegar al nacimiento SEGUNDO, renacer como dice el Evangelio del Señor, en
tanto continúe viviendo con la psicología del hombre inferior común y
corriente.
Cuando uno
reconoce su propia nadidad y miseria interior, cuando tiene el valor de revisar
su vida, indubitablemente viene a saber por sí mismo que de ninguna manera
posee méritos de ninguna especie.
"Bienaventurados
los pobres de espíritu porque ellos recibirán el reino de los cielos".
Pobres de
espíritu o indigentes del espíritu, son realmente aquellos que reconocen su
propia nadidad, desvergüenza y miseria interior. Esa clase de seres
incuestionablemente reciben la iluminación.
"Más
fácil pasa un camello por el hueco de una aguja, que un rico entra en el reino
de los cielos".
Es
ostensible que la mente enriquecida por tantos méritos, condecoraciones y
medallas, distinguidas virtudes sociales y complicadas teorías académicas, no
es pobre de espíritu y por ende nunca podría entrar en el reino de los cielos.
Para entrar
al Reino se hace impostergable el tesoro de la fe. En tanto no se haya
producido en cada uno de nosotros el desdoblamiento psicológico, la FE resulta
algo más que imposible.
La FE es el
conocimiento puro, la sabiduría experimental directa.
La FE fue
siempre confundida con las vanas creencias, los Gnósticos no debemos caer jamás
en tan grave error.
La FE es
experiencia directa de lo real; vivencia magnífica del hombre interior; cognición
divinal auténtica.
El hombre
interior, al conocer por experiencia mística directa sus propios mundos
internos, es ostensible que conoce también los mundos internos de todas las
personas que pueblan la faz de la tierra.
Nadie podría
conocer los mundos internos del planeta Tierra, del sistema solar y de la
galaxia en que vivimos, si antes no ha conocido sus propios mundos internos.
Esto es similar al suicida que escapa de la vida por puerta falsa.
Las
extrapercepciones del drogadicto tienen su raíz particular en el abominable
órgano KUNDARTIGUADOR (la serpiente tentadora del Edén).
La
conciencia embotellada entre los múltiples elementos que constituyen el Ego se
procesa en virtud de su propio embotellamiento.
La
conciencia egoica deviene pues, en estado comatoso, con alucinaciones
hipnóticas muy similares a las de cualquier sujeto que se hallare bajo el
influjo de tal o cual droga.
Podemos
plantear esta cuestión en la siguiente forma: alucinaciones de la conciencia
egoica son iguales a las alucinaciones provocadas por las drogas.
Obviamente
estos dos tipos de alucinaciones tienen sus causas originales en el abominable
órgano KUNDARTIGUADOR. (Véase capítulo XVI del presente libro).
Indubitablemente
las drogas aniquilan los rayos alfa, entonces incuestionablemente viene a
perderse la conexión intrínseca entre mente y cerebro; esto de hecho resulta
fracaso total.
El
drogadicto convierte al vicio en religión y desviado piensa experimentar lo
real bajo el influjo de las drogas, ignorando que las extrapercepciones
producidas por la marihuana, el L.S.D., la morfina, los hongos alucinantes, la
cocaína, la heroína, el haschis, pastillas tranquilizantes en exceso,
anfetaminas, barbitúricos, etc., etc., etc., son meras alucinaciones elaboradas
por el abominable órgano KUNDARTIGUADOR.
Los
drogadictos involucionando, degenerando en el tiempo, se sumergen al fin en
forma definitiva dentro de los mundos infiernos.
Fuente:
Libro: La Gran Rebelión.- Autor: VM Samael