Comprender es algo inmediato,
directo, algo que vivenciamos intensamente, algo que experimentamos muy
profundamente y que inevitablemente viene a convertirse en el verdadero RESORTE
intimo de la acción consciente.
Ante todo considero que es necesario
cambiar, debemos salir del estado este en que nos encontramos, urge una
transformación total dentro de sí mismo.
Indubitablemente ningún cambio se
procesa sin un «shock» especial. Obviamente las siete notas DO, RE, MI, FA,
SOL, LA, SI, se hallan relacionadas con todos los eventos de la vida. DO-RE-MI,
implican de hecho una serie de sucesos. Pero observen ustedes que entre el
mismo MI y FA existe realmente una pausa. Así pues, FA, SOL, LA, son las notas
siguientes. Entre LA y SI hay otra pausa.
Si uno se propone en la vida realizar
un programa, habrá de comenzar inevitablemente por la nota DO, seguirá con la
RE y llegará a la nota MI. Al llegar a esa parte tiene dificultades,
inconvenientes: es una pausa entre la nota MI y la nota FA. Entonces la
Corriente del Sonido tiende a regresar al punto de partida original.
Como consecuencia o corolario, es
apenas normal que el esfuerzo inicial, el proyecto que se puso en marcha,
zozobre. Pero si uno lanza un nuevo esfuerzo para atravesar la pausa, es obvio,
apenas normal, que se mantendrá en línea recta y hasta en ascensión el impulso
que inició y el negocio triunfará.
Continuando con todo esto, vemos que
vienen luego las notas FA, SOL, LA, pero entre el LA y el SI existe una nueva
pausa. Si no se refuerza el impulso original, la Corriente del Sonido regresará
al punto de partida original y fracasará la empresa, el proyecto o el negocio.
Así que es muy importante esto de las siete notas de la escala musical, es
formidable esta cuestión de la Corriente del Sonido.
Hay que darle un «shock» al sonido
entre las notas MI y FA y otro entre las notas LA y SI. Siempre se necesita de
un «shock» qué le permita a uno existir, para lograr un cambio, una
transformación.
Un niño nace, viene al mundo. El
primer «shock» que percibe es el del aire que inhala, que recibe. Al llegar el
aire, al recibirlo por primera vez, el niño vive. De manera que nosotros
necesitamos de ese «shock>, meramente físico para existir. También es cierto
que si, por ejemplo, en vez de respirar nosotros Oxígeno, Nitrógeno, etc.,
respiramos Monóxido de Carbono, se produciría el «shock» pero no sería recibido
por el cuerpo, el cuerpo no aceptaría ese «shock» y vendría la muerte.
En cuanto a nuestra tan cacareada
civilización moderna, sucede que necesitaría un «shock» para no morir, para no
ser destruida. Ese «shock» sólo podría ser a través de otra civilización
inmensamente superior a la nuestra, sólo así podría esta civilización no morir.
Habría que inventar el tipo de «shock» para dárselo a esta civilización
agonizante, pero no se ha inventado ese tipo de «shock» que permita a esta
civilización transformarse y existir. Obviamente, esta civilización tendrá que
morir por falta de ese «shock», eso esté claro.
Siguiendo hacia adelante, tendremos
que contemplar al hombre a la luz del Génesis, sólo así comprenderemos que
clase de «shocks» nos llevarían a la Auto-Realización Intima del Ser. ¿Qué nos
dice el Génesis, Dice que: «En el principio creo Dios los Cielos y la
Tierra...», Los ignorantes ilustrados suponen que se refiere exclusivamente a
los Cielos macrocósmicos y a la Tierra meramente física, la Tierra ésta en que
vivimos.
No niego que se refiera también a
ella, entre otras cosas, pero específicamente se está refiriendo en forma
concreta al Microcosmos Hombre. Los Cielos son los estados de conciencia dentro
de nosotros mismos, dentro del hombre mismo. En cuanto a la Tierra, es el
cuerpo físico del hombre, la Tierra Filosófica citada por los alquimistas
medievales, la Tierra Filosofal. Así es que en el principio creó Dios los
Cielos, los estados de conciencia superiores del Hombre, y la Tierra, el cuerpo
físico.
El Génesis añade: «La Tierra estaba
desordenada y vacía y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas...».
¿A qué se está haciendo alusión aquí? Simplemente al bípedo tricerebrado o
tricentrado equivocadamente llamado Hombre, al «Animal Intelectual», que es
Tierra desordenada y vacía, que tiene su Mente en el más completo desorden. Es
un verdadero caos que únicamente cree lo que le informan los cinco sentidos,
que vive en el mundo de las pasiones animales, que nada sabe sobre lo Real,
sobre lo Esotérico, que es absolutamente ignorante, que nunca ha recibido un
rayo de Luz, etc. Es el hombre común y corriente, el hombre del mercado, el
hombre de la plaza pública, el hombre vulgar de la Tierra, el tipo sensual y
grosero. Ese es el promedio de la vida humana, el promedio de todos los
millones de seres humanos o humanoides que viven actualmente sobre la Tierra.
Pero, ¿cómo salir de ese estado? Imaginémonos
por un momento que nos subimos a una torre para ver las multitudes humanas,
¿cómo hacer para que salgan de ese estado en que se encuentran? No hay duda de
que cada una de esas personas que en general componen las multitudes es Tierra
desordenada y vacía, eso es obvio. ¿Cómo hacer? Se necesita de un «shock»
especial, sólo así podría darse el caso de que hubiera cambio, sólo así es
posible ese «shock».
El Génesis dice que creó Dios la Luz
y dijo: «Hágase la Luz y la Luz fue hecha...», y que separó Luz de las
Tinieblas. ¿A qué Tinieblas se refiere el Génesis? Pues a las Tinieblas que
están dentro de uno mismo, dentro de esta Tierra Filosófica. Pero, ¿qué clase
de Tinieblas son esas? Pues esas Tinieblas constituyen los Agregados Psíquicos
inhumanos que personifican a nuestros defectos de tipo psicológico, IRA,
CODICIA, LUJURIA, ENVIDIA, ORGULLO, PEREZA, GULA, etc., etc., etc. Bueno, he citado
únicamente los siete pecados capitales, éstos se multiplican por otros siete y
otros tantos, más y más, son legión.
Pensemos en lo que son los Agregados
Psíquicos. Ya Virgilio, el Poeta de Mantua, dijo: «Aunque tuviéramos mil
lenguas para hablar y paladar de acero, no alcanzaríamos a enumerar todos
nuestros defectos cabalmente». Ellos mismos constituyen las Tinieblas que
cargamos en nuestro interior.
Separar la Luz de las Tinieblas, eso
es muy difícil. Esa Luz es la Conciencia Superlativa del Ser, hay que
arrancársela a las Tinieblas, de ese modo, extraerla de entre cada Agregado
Psíquico inhumano. De hecho implica terribles superesfuerzos que hay que
realizar en sí mismo y dentro de uno mismo, aquí y ahora.
¡Arrancarle la luz a las tinieblas!,
Eso significa destruir todos esos receptáculos dentro de los cuales esta metida
la Esencia, desintegrar esos Agregados, pulverizarlos, para que la Luz esencial
se haga libre. Eso es lo que se quiere decir con separar la Luz de las
Tinieblas. Y a la Luz llamó día, y a las Tinieblas de la ignorancia y del error
llamó noche. Hay que saber comprender, creo que los hermanos van reflexionando.
Así para poder transformarnos en
Hombres hechos a imagen y semejanza de Dios, necesitamos de un «shock», es
decir, del Conocimiento Esotérico Oculto. Obviamente, para convertirnos en
Hombres vivientes necesitamos de un tercer «shock» especial. Concretemos: para
que exista el hombre físico, necesitamos de un «shock» físico, que es el aire
que se respira en el momento de nacer.
Para que exista el Hombre hecho a
imagen y semejanza de Dios, se necesita otro «shock», que está definido con
aquellas palabras que dicen: «Dijo Dios: hágase la Luz, y la Luz fue hecha, y
separó a la Luz de las Tinieblas». El hombre ignorante necesita de un «shock»
especial, necesita de alguien que le lleve el Conocimiento, necesita de alguien
que le lleve la Enseñanza, necesita recibir las luces del Esoterismo, eso
produce en él un «shock» especial. Sólo ese «shock» especial puede
transformarlo más tarde, puede convertirlo, dijéramos, en lo que se llama «El
Hombre hecho a imagen y semejanza de Dios» en el sexto día.
En el séptimo día ya cambian las
cosas. Para llegar a ser un Hombre Viviente, un Hombre del séptimo día, se
necesita un último «shock» muy especial. Un Hombre del sexto día es un hombre
hecho a imagen y semejanza de Dios, pero no un Hombre Viviente, se necesita de
un tercer «shock» para convertirse en un Hombre Viviente. Si un Hombre del
sexto día, hecho a imagen y semejanza del Eterno, quiere convertirse en Hombre
Viviente, debe hacerse Resurrecto. No podría hacerse Resurrecto sin un «shock»
especial: necesita descender, bajar a los mundos infiernos, a la novena esfera,
a desintegrar los demonios de la Luna Negra.
Ya les he explicado muchas veces que
la Luna Psicológica tiene dos caras, la que se ve y la que no se ve. Así como
la Luna visible tiene dos caras, la que se ve y la oculta, que está del otro
lado, así también tengo que decirles que la Luna Psicológica dentro de nosotros
mismos tiene dos caras: la que se ve, es decir, los defectos que se ven a
simple vista y la que no se ve, la oculta.
Muchos santos que progresaron demasiado,
quedaron estancados creyendo que habían acabado con el Ego. Sí, habían
destruido muchos elementos inhumanos de la parte visible de la Luna Psicológica,
más no habían desintegrado los elementos
inhumanos de la cara oculta de la
Luna Psicológica. Se absorbieron en el Nirvana o en el Maha-Paranirvana
convencidos de que los elementos indeseables de su Psiquis habían sido
desintegrados, pulverizados. Más tarde se dieron cuenta de que no habían llegado
todavía a la meta, les quedaban muchos elementos indeseables en la parte oculta
de la Luna Psicológica.
Dentro de nosotros están las 12
Potestades, están los 24 Ancianos, están los 4 Elementos, etc. El Ser de cada
uno de nosotros parece un ejército de niños inocentes, de infantes. Cada una de
las partes del Ser goza de Autonomía, Autoconciencia y Auto independencia.
Que necesitamos nosotros
perfeccionar cada una de las partes del Ser, eso es cierto y de toda verdad.
Pero eso solamente es posible eliminando los elementos subjetivos de las
percepciones.
Perfeccionar la parte superior del
Ser, eso es muy difícil. Quien logre perfeccionar la parte superior de su
propio Ser recibe el grado ISMESH. Son pocos los que llegan a esas alturas.
Debemos empezar ya a crear dentro de nosotros mismos al HOMBRE hecho a imagen y
semejanza del Creador. Este Hombre no podría surgir a la existencia sin un
«shock» especial. Este «shock» es el de la GNOSIS, es el de la Luz, que lo va a
sacar del estado caótico y lo va a convertir en un Hombre Auto-Realizado.
Pero si ahí «no más» nos quedáramos,
andaríamos mal, necesitamos crear, hacer surgir dentro de nosotros al Hombre
Viviente del séptimo día. Para eso se necesita también de un «shock» especial
que los ignorantes ilustrados no entienden. Cuando un Iniciado, que es un
Hombre hecho a imagen y semejanza del Creador, trata de convertirse en un
Hombre Viviente, no es entendido. Ahora se explicarán ustedes por qué motivo
los 12 Apóstoles son calumniados.
Los calumnian los «virtuosos», los
calumnian los «sacerdotes» del templo y los calumnian los «ancianos». ¿Quiénes son
los «virtuosos»? ¿Quiénes son los «sacerdotes» del templo?, ¿Quiénes son los
«ancianos»? Eso vale la pena explicarlo.
Los «escribas», los intelectuales,
los que están apegados a tantos códigos rancios y podridos, esos son los falsos
virtuosos que condenan a los Iniciados. ¿Quiénes son realmente los «ancianos»?
Pues sencillamente las gentes muy llenas de experiencia, muy «juiciosas», no
entienden jamás a los Iniciados. Por último, ¿quiénes son los «sacerdotes»? Las
gentes de cada culto.
De manera que los 12 Santos, las 12 Potestades,
los 12 Apóstoles suelen ser calumniados, pero ellos marchan firmes hacia donde
tienen que marchar.
Así que, mis queridos hermanos, vean
ustedes, esos «shocks» que se reciben son necesarios para la transformación,
son vitales.
Volviendo al Génesis, diremos que es
una Obra que tampoco entendemos. La Biblia comienza por el Génesis y concluye
con el Apocalipsis. ¿Quién entiende el Génesis? ¿Quién entiende el Apocalipsis?
Nadie. Hay autores que suponen que todo el Génesis se relaciona exclusivamente
con el hombre. No seamos exagerados, no exageremos la nota, se relaciona
también con el Universo.
Cuando alguien está Creando dentro
de sí mismo al Hombre hecho a imagen y semejanza de Dios, obviamente está
Trabajando con la misma fuerza con la que Dios creó al mundo. Es como una
pequeña parcela del mundo dentro de la cual tiene que hacerse una Creación.
Allí es como uno viene a saber de qué modo creó Dios al mundo. Así pues, el
Génesis es aplicable a lo Microcósmico, pero en forma simbólica, alegórica.
Nadie podría entender el Génesis si
no fuera Alquimista. Los Alquimistas saben que esto es así. Por ejemplo, para
poder crear al Hombre hecho a imagen y semejanza de Dios necesitamos
forzosamente la Sal, el Azufre y el Mercurio, y esto sucede allá arriba en el
Macrocosmos.
Del espacio sin fin surge el ARCHEUS
compuesto de Sal, Azufre y Mercurio, y es de ese ARCHEUS que viene a surgir una
nueva Unidad Cósmica, un nuevo Sistema Solar. Aquí abajo hay que crear un
ARCHEUS dentro de nosotros mismos con Sal, Azufre y Mercurio para que de ese
ARCHEUS brote, no una nueva Unidad Cósmica, sino un Hombre hecho a imagen y
semejanza del Creador.