sábado, 7 de diciembre de 2019

Capitulo 6 - La Segunda Montaña


En la Primera Montaña son los Misterios del Fuego, son los que seleccionan, donde se crean los Cuerpos Solares que son diferentes a los Cuerpos de Oro; no hay que confundir una cosa con la otra.


O Cuerpos Existenciales del Ser también llaman los cuerpos de Oro. Existenciales se le dice, porque son los únicos que soportan el voltaje de energía del Cristo.


Los Cuerpos de Fuego se fundirían al tomar posesión el Cristo de ellos; entonces a los Cuerpos de se les dice Cuerpos existenciales del Ser, porque son los que verdaderamente soportan el voltaje de energía del Cristo.




Y Aquí en esta Montaña es donde nace el Cristo, porque hay una, no sé si será una mala interpretación,  dicen que el “Cristo Íntimo”, el Íntimo se le dice es en la Primera Montaña, al Maestro Interno se le dice el Íntimo, ¿no? Ya el Cristo es muy, muy diferente.


Entonces vamos, el proceso de la Primera Montaña es exactamente igual al de la Segunda, porque para empezar la Segunda, tiene que ir muriendo los Cuerpos de Fuego; por eso se dice: “Dios mismo tiene que morir”, porque estos tiene que morir para poder fabricar los de Oro. De lo contrario no podría uno empezar la Segunda Montaña, si no empieza la muerte aquí, de la desintegración de estos Cuerpos de Fuego para que sean reemplazados por los de Oro.


Esta Segunda Montaña, el trabajo es mucho más exigente porque aquí verdaderamente es el Camino que nos dejó el Cristo o Jesús, cuando nos dejó la enseñanza del Camino del Gólgota; es aquí donde vamos a vivir todo el proceso de Jesús o el Cristo, los mismos paso, los mismo padecimientos, las mismas cosas, siente el que está por esta Montaña, lo que le sucedió al Cristo, igual.



Los estigmas , los recibe uno ahí en esa Segunda Montaña, que siente uno el dolor, que le duele el corazón a uno y siente uno correr la Sangre caliente, se mira y el chorro de sangre; eso parece que fuera físicamente aquello. Los clavos, cuando lo clavan en la cruz , el dolor es inmenso, un dolor que cree uno que ya se va a morir porque el dolor lo siente uno en el corazón. De modo que todos los pasos que dio Jesús, nos toca a nosotros; claro, lo vivimos en otras dimensiones, pero con una conciencia que uno cree que es físicamente que está sucediendo este caso.



Las caídas con la cruz, también le suceden a uno porque viene un agotamiento, que queda el iniciado sin fuerzas, el peso de la cruz es muy grande. Entonces a uno le fallan las fuerzas, cae con la cruz y al caer no puede uno soltar la cruz, el que suela la cruz hasta ahí llegó. Tiene que levantarse con la cruz encima; pónganle bien cuidado que esto es lo más terrible para uno ahí, porque uno no puede soltar la cruz, tiene que levantarse con ella,

donde ya las fuerzas se le agotan a uno, que ya uno piensa que dar un pasito, piensa porque es que no tiene fuerzas.



Entonces, ahí es donde uno se ve solo, totalmente solo abandonado hasta de las Jerarquías, de todo, pero mentira, no está abandonado: el Padre y la Madre están listos para prestarle una ayuda que uno les pida y toda la Jerarquía. Uno está en observación de toda la Jerarquía, mas uno no ve a nadie, de modo que fíjense ustedes que nunca está abandonado uno; uno está en el Camino y se ve solo y pasan años y años y uno solo, sin ver ser humano, pero las Jerarquías están todos la vista puesta en uno a ver, si uno pidió una ayuda, inmediatamente la tiene. Eso no se espera sino es enseguida que tiene uno la ayuda, porque uno por lo regular siempre pide ahí fuerza, valor, para seguir uno adelante con esa pesada cruz.



Entonces, de modo pues, que la Segunda Montaña es demasiado exigente el trabajo, porque tiene que enfrentarse uno a un trabajo muy en serio, de hechos y no de palabras.



Aquí en esa Montaña ya se ha superado uno bastante, ha caminado bastante ya, fabricando sus Cuerpos de Oro, entonces es cuando aparece el Cristo. El Cristo no es una aparición subjetiva sino objetiva, uno ve, yo vi eso, sentí mejor dicho. Eran la una de la mañana cuando cantó un gallo, cosa que yo tenia muchísimos años que yo no oía cantar un gallo ni ver una persona. Cantó el gallo, me sorprendí, me paré, me detuve a ver, miré el reloj, la una de la mañana; en esos momentos apareció el Cristo Íntimo o Individual, pero es un niño vivo, una belleza incomparable, vivo, vivo, vivo.  Entonces cuando Él se incorpora ya en uno, entonces queda uno Rey de la naturaleza; todo el planeta o los planetas los puede manejar uno como manejar un boliche un niño o jugar un boliche, así igualito, porque ya tiene el poder del Cristo encarnado dentro de uno, ustedes no se imaginan nunca jamás, cómo se siente uno, dueño y señor de la Naturaleza y de todo, del Cosmos, a formar parte del Cosmos, porque es una Fuerza Universal. Ese Cristo íntimo, Individual, que encarna en uno, se une con la fuerza universal y entonces tiene todas las facultades y poderes. Eso sucede en la Segunda Montaña.



Esta Primera no encarna sino las tres fuerzas primarias, que es Atman, Budhi y Manas; aquí es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Cuando uno termina ese recorrido de fabricar sus Cuerpos de Oro, encarna Padre, Hijo y Espíritu Santo que es diferente a Atman, Budhi y Manas.



Aquí las pruebas y todo es más riguroso. La muerte mística es una cosa que se la exigen a uno minuto a minuto, porque no puede dar un solo paso por este camino, si no va en base a la muerte. Si quiere uno pararse a descansar está la Ley encima de uno "Circule»; es lo primero que le dicen: "Circule". No se puede quedar uno quieto ni a descansar siquiera porque no hay descanso, sino es echarle para adelante; a lo macho, jugándose uno la vida y lo que le toque, porque ahí tiene que jugarse uno el todo por el todo, para poder ascender en esa Montaña. Esa Montaña es muy rigurosa. Ahí lo prueban a uno en todas las formas, en todo sentido, no dejan un solo detalle a uno que no se lo prueben.



De  modo  pues,  que  ahí  tiene  que  para  poder  progresar,  morir;  la  muerte  mística  es indispensable, de lo contrario no da uno un paso ahí o sea Tres Factores definitivamente, de hechos y no de palabras.



Pues bien, ya fabricamos los Cuerpos de Oro, encarnó la Tríada Superior o sea Padre, Hijo

y Espíritu Santo; todavía no tiene derecho a entrar al Absoluto, porque esta Tríada es mecánica ante el Absoluto, porque esta Tríada, está el Rayo de la Creación dividido en tres leyes, entonces es mecánico. Allá al Absoluto no se entra no como Trinidad ni como dualidad, sino como Unidad, -pónganle bien cuidado-. Se entra es como Unidad.



Pongamos aquí al Absoluto. Se denomina como un cero grande o un círculo, porque Él está fuera de leyes, porque Él es la Gran Ley, donde rige todo, nace y muere y todo vuelve allá. Por ejemplo a las Mónadas que no les interesa la Maestría, después de los 3.000 ciclos vuelve a tragárselas el Absoluto, a volver al Absoluto, que vuelven sin conciencia, es otra cosa; no van a gozar de la felicidad absoluta porque no tienen conciencia, pero todo vuelve otra vez allá a su punto de partida, que es el Absoluto. De allá salimos, allá volvemos, consciente o inconsciente.



Me dirán ustedes, ¡ah!, ¿pero para qué vamos a hacer la revolución de la conciencia, si siempre volvemos allá, al mismo punto de partida? Pero es que es muy diferente ingresar uno al Absoluto, regresar uno al Absoluto, con el cien por cien de conciencia, para gozar verdaderamente de la felicidad absoluta, a llegar inconsciente que no va uno a gozar de la felicidad absoluta; que esa es la gran ventaja que tiene el que llega a la Liberación, porque va a gozar de la felicidad absoluta y a formar parte del Absoluto, de la Gran Conciencia, porque al Absoluto se le dice "Gran Conciencia". Entonces sí hay una diferencia del cien por cien, del que se libera al que no se libera.



¿Cómo queda una Mónada que no le interesó la Maestría? vuelve a su punto de partida. Allá queda ante los liberados o ante la Conciencia Absoluta como una hormiguita mirarnos a nosotros, igual; no está gozando, sirve allá para hacer los mandados, pero no más. Es inconsciente totalmente, entonces no goza de la felicidad absoluta.



Bueno, ya encarnamos esta Tríada Superior, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Aquí tiene que realizar el trabajo un Iniciado, el Iniciado que llega ahí, tiene que realizar un trabajo ya muy minucioso, que es el ESPULGUE DE LA CONCIENCIA, porque aquí nació; cuando nos dividimos en tres leyes, se hizo la vida mecánica, entonces, nos alejamos del Padre, y por esa mecanicidad se fue formando el Yo Causa, por ese aislamiento del Padre. Entonces, ya no se hace la voluntad del Padre sino empieza a actuar uno ya mecánicamente, a hacer la voluntad de uno, no la del Padre; entonces formamos el Yo Causa, ahí es creado el Yo Causa, por el aislamiento del Padre.



Entonces terminado, ya espulgó la conciencia, volvió a normalizar la conciencia, a tener cien  por  cien  de  conciencia;  que  es  la  única  forma  de  adquirir  el  cien  por  cien  de Conciencia,  es  eliminando  el  Yo  Causa,  que  es  la  causa  causórum  de  haber  perdido nosotros la conciencia, porque quedó alterada por ese Yo Causa.



Entonces, aquí al Iniciado le toca empezar a espulgar la conciencia, que son esos residuos, hablémosle, -el Yo Causa son cosas diminutas-, a detallar, a ir haciendo un espulgue poco a poco con mucha paciencia, para poder dejar normal la conciencia, que no quede alterada en ninguna parte. Entonces viene la Tercera Montaña, ahí es donde viene la Tercera Montaña,

que  son  las  Iniciaciones  de  Luz,  -pónganle  bien  cuidado  que  hay  de  Fuego,  hay  las

Iniciaciones de Oro y vienen las de Luz, que son la última Montaña.